Con una mirada a las raíces colombianas, y una reinterpretación de las mismas, Andrés Pajón subió la nota del segundo día de pasarelas de Colombiamoda. Si bien, el año pasado las ninfas de Andrés conmocionaron a los asistentes de sus pasarelas, este año, una tribu de indígenas dieron contundencia y representaron fielmente el ADN de la firma paisa, orientada al lujo y la gala, que cada día se perfila más para llegar al mercado internacional con mucha fuerza.

Para su colección Primavera/Verano 2017, la inspiración principal de Pajón se centró en el trabajo manual legendario de las tribus Kuna y Emberá, la clave para crear una propuesta diferente y con su sello fue el no caer en la literalidad, como el mismo diseñador lo expresó: las molas y las chaquiras ya están vistas, la idea era ir más allá, trabajar de la mano de las artesanas y unirse con diferentes talentos, expertos en sus campos, para crear todo un universo alrededor de esta colección. 

Oropendola y su trabajo en macramé, los accesorios de La Libertad Joyería, Sanangel y sus zapatos y los bolsos de Natalia Melguizo, fueron los invitados del diseñador para su pasarela. Los cinturones anchos tejidos a mano y los escudos tejidos en macramé que se unían fielmente a las curvas de la mujer, se posaron sobre vestidos largos, cortes sirena, túnicas y slip dress, con detalles como escotes de un solo hombro, aberturas en las piernas, escotes profundos, transparencias, capas, que resaltan la figura femenina de una manera sofisticada, y que reflejan el espíritu de la firma. 

Además de aplaudir el desarrollo y el camino que Andrés Pajón está teniendo (esta es su tercera pasarela consecutiva en Colombiamoda), cabe destacar la unión de talentos, la fuerza y la potencia para los negocios que se da gracias al apoyo entre diseñadores es gratificante y muy necesario, unir fuerzas con talentos que son expertos en sus campos puede dar un mejor resultado y además se demuestra un avance y contundencia en las dinámicas del mercado, que los creativos están teniendo en cuenta.